Me duele tanto saber que este va a ser el primero de tantos viernes donde no vamos a compartir la misma cama. Donde el sábado no vamos a amanecer enroscados, con esas ganas de no soltarnos. Que no vamos a ver más pelis o escuchar música. Mierda, hasta extraño tus temas del pelado maraca, de los cuales me quejaba pero nunca los cambiaba porque sabías lo felíz que eras cantandolos, cantandomelos e incluso hasta dedicandomelos.
Te extraño, ¿sabías?. Extraño el no ver la hora de irme del laburo porque iba pasar mis tardes con vos entre mates, risa y música. Extraño tu risa, tus abrazos, tu voz, tus chistes para ponerme celosa, tu sonrisa al verme, llenarte de besos. Extraño dormir al lado tuyo, pelearnos por la almohada, que me tapes la espalda dormido, aunque yo estuviera muerta de calor. El que me despertaras a las 5 los sábados porque querías mis mates antes de irte a laburar. Extraño despertarme a la madrugada y cuando me levantaba para ir al baño me abraces fuerte para que no vaya, como si tuvieras miedo de que fuese a escaparme; el despertarme antes que vos, solo para verte dormido, feliz e imaginarme lo perfecta que sería mi vida si te viera así el resto de mi vida.
Te extraño, tanto que duele la puta madre. Daría todo por volver a esos momentos, tan solo una vez más. Te necesito más que nada en este mundo. Te amo y aunque sea tarde feliz primer año.







